7 de agosto de 2010

ad aeternum

Conoces a alguien, simpatizan, comienza el intercambio. Trocitos de verdades que se van colando entre la palabrería como brotes floridos que irrumpen en las ruinas de un antiquísimo anfiteatro. 

De repente te descubres en una comunión trascendente y sin mayor explicación que la afinidad de los espíritus. La ultra-comunicación a través de un pre-lenguaje. La selva ha reclamado el espacio que usurpaban las estructuras inertes. 

Cuando vivas esto, atesora el momento. No te aferres a él pues será en vano el intento. Sin embargo, procura disfrutar cada detalle, entrégate completo a la ecuación que entreteje las almas. Nunca se sabe...

En este mundo, a veces ni los "amores para siempre", ni las mejores amistades se perpetuán.

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