19 de julio de 2010

Polly


 Polly no necesita a nadie
hasta que necesita a alguien.
Es dueña del cariño que regala
y que suspende.
Y no le pidas que sea diferente.


Cualquier habitación a la que entra
se vuelve inmediatamente suya;
tan suya como sus pasos,
o sus miradas,
que son decididamente suyas.


Polly suele desaparecer tras bambalinas
y uno se imagina que se va por los tejados.
Que no se te ocurra ir a buscarla,
que ya pronto regresa indiferente.


Si tienes suerte te regala una sonrisa
pero cuidado con que te descubra observándola.
No dudará en hacerte saber que la molestas…


En felices ocasiones comparte conmigo algunos juegos
y hasta se recuesta en mi regazo.
Pero estos momentos son siempre fugaces.
Inmediatamente regresa a esa atmósfera
donde sólo ella respira y que no comparte
con nadie.
Pues sus pasos y hasta su sombra
son decididamente suyos.


Polly no necesita a nadie
hasta que necesita a alguien.

 

No hay comentarios.: