Mi venerable tatarabuelo… Un auténtico caballero; aficionado a las violetas, coleccionista de parábolas; poseedor de una inquietante contradicción: ser un héroe en su mundo y un lúgubre soldado de la malicia en este otro. Pobre protector del bienestar, que lo dejó todo por su amada… Poco a poco se le vio enflaquecer; poco a poco, parecerse más a un cadáver.
Antes de madrugar, cuando se encienden las luces de la sastrería, los lunáticos destellos se evaporan y casi extintas las ceras en sus vasos iluminan apenas a la virgen; a veces suelto un par de lágrimas por el último campeón de la belleza.
5 comentarios:
todo iba bien
hasta que se hablò de belleza
¿y qué recomienda un tipo como usted?
cerveza
Sabias palabras...
gracias.
(pero què mamadores nos oímos)
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