25 de octubre de 2015

Todavía

No haremos obra perdurable. No
tenemos de la mosca la voluntad tenaz.

- Renato Leduc


Un día me mataré en un accidente de auto;
mi vida terminará como un proyecto inconcluso.
Entre las tapas de mis libretas quedarán historias,
miles de ellas;
la mayoría abortos, semillas que nunca echaron raíces.

Proyectos literarios que no fueron otra cosa que
la purga de proyectos amorosos.
La manera de "lidiar" con mis demonios
o de disculpar mis inseguridades.

¿Qué cantidad de nombres escupió mi pluma?
¿Qué cantidad de ellas me olvidé, cobarde, de nombrar en las "ficciones"?
Tuve una "A", deseé una "K",
amé una "I", me fascinó una "F";
nunca pude olvidar a cierta "L";
debe de haber al menos cuatro "D"s.

Un panteón de sueños entre dos tapas de falso cuero.
"Panteón" de cementerio,
"panteón" de todos dioses,
"panteón" de todos muertos.

Aún así, cuando retomo alguna historia
y por fortuna se me revela un misterio,
y algo comprendo de lo que pasó hace tiempo,
y recupero un poco de lo que ya había perdido;
puedo jurar que existe algo de sentido
a esta manía de guardar los esqueletos.

Inclusive en esta colección de taxidermia
brota de pronto algún vestigio de vida.
Aunque sin ilusiones de posteridad.

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