Veamos cuantas veces se puede morir en una noche sin morir en una noche
Probemos que podemos probar los placeres
que los dioses envidiosos no nos enviaron
que tuvimos que robarlos
que tuvimos que rodarnos
para apagar las llamas y seguir
o dando tumbos o tumbándonos
como en las tumbas
donde no se descansa
donde se danza
guerrero con una lanza
lazando gritos y dando vueltas
al rededor de tu cintura
sin tu razón
sin tu cordura
sin saber sin querer saber
sin querer querer
queriendo sin querer
qué rienda suelta
y qué soltura
de tu cintura
de mi locura
de mil locuras
de mí lo curas
de mí…
18 de marzo de 2008
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2 comentarios:
hey! eres Jose Luis verdad???!!! Un abrazo!
vaya letanías mi muy querido Luis
y cómo siempre tiene usted razón:
todo radica en la pérdida de la cordura.
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